Maria Agosto

Tarjetas revolving

Las tarjetas revolving son un tipo de tarjeta de crédito que permite realizar compras y aplazar su pago automáticamente, aplicando intereses sobre el saldo pendiente, independientemente de si se tiene o no dinero disponible en la cuenta.

Aunque tienen el formato de una tarjeta de crédito, funcionan como un crédito al consumo. Si no se utilizan adecuadamente, pueden generar serios problemas financieros, incrementando significativamente el endeudamiento.

Riesgos de las tarjetas revolving:

  1. Aumento del consumo: El fácil acceso al crédito puede llevar a los usuarios a caer en una espiral de deuda difícil de controlar.
  2. Altos intereses: Los intereses pueden superar el 25% TAE, lo que en muchos casos puede considerarse usura, convirtiéndolas en tarjetas abusivas.
  3. Sistema de amortización complejo: El método de pago de estas tarjetas suele ser confuso, lo que aumenta los costes para el consumidor.
  4. Falta de transparencia: La comercialización de estas tarjetas suele ser poco clara, sin proporcionar toda la información sobre los intereses y las condiciones.

Las tarjetas revolving permiten realizar compras y aplazar los pagos, lo que inicialmente puede parecer atractivo. Sin embargo, si no se controla el gasto, el saldo pendiente puede crecer rápidamente debido a los elevados intereses aplicados, y el proceso de amortización puede ser desfavorable para el usuario.

Funcionamiento y opciones de pago

Existen dos formas principales de devolver el saldo pendiente en una tarjeta revolving:

  1. Pago a porcentaje: El usuario paga un porcentaje del saldo pendiente, que varía entre el 5% y el 25%, dependiendo de las condiciones de la tarjeta y de la entidad financiera.
  2. Pago fijo: El usuario acuerda un pago mensual fijo, dentro de los rangos establecidos por la entidad emisora.

Ambos métodos incluyen intereses y comisiones, lo que puede alargar la deuda mucho más de lo esperado.

La Ley de Usura y la reclamación de tarjetas revolving

La Ley de Represión de la Usura (Ley de 23 de julio de 1908) es una herramienta clave para los usuarios afectados por las tarjetas revolving, ya que permite impugnar los créditos usurarios y los intereses abusivos. En muchos casos, la tasa de interés aplicada supera los límites legales, convirtiendo la deuda en un crédito usurario que puede ser reclamado.

Reclamación por falta de transparencia

Uno de los problemas más frecuentes con las tarjetas revolving es la falta de transparencia en su comercialización. Las entidades financieras no informan adecuadamente sobre los intereses, las comisiones y el sistema de amortización, lo que puede dar lugar a la nulidad de la cláusula de intereses y, por tanto, a la anulación de la deuda.

El control de transparencia está regulado por la Directiva 93/13/CEE, que establece que el consumidor debe ser informado de manera clara sobre las consecuencias jurídicas y económicas de las condiciones de su tarjeta. Si las entidades no cumplen con este requisito, el consumidor puede reclamar judicialmente.

¿Cómo reclamar una tarjeta revolving?

Si ha sido afectado por el uso de una tarjeta revolving y los intereses abusivos, existen dos principales vías para reclamar:

  1. Ley de Usura: Esta ley permite impugnar los créditos usurarios y anular los préstamos con condiciones abusivas, como los de las tarjetas revolving.
  2. Falta de transparencia: Si la entidad no ha informado adecuadamente sobre las condiciones del contrato, el consumidor tiene derecho a reclamar la nulidad de la cláusula de intereses y del sistema de amortización.

En muchos casos, las entidades financieras intentan resolver el conflicto de forma extrajudicial, ya que resulta más económico que acudir a juicio. Sin embargo, es importante tener en cuenta que ninguna entidad devolverá el dinero al cliente por iniciativa propia; será el propio usuario quien deba iniciar la reclamación.

¿Cómo le ayudo en mi despacho?

Como procuradora especializada en reclamaciones de tarjetas revolving, le ayudo a estudiar su caso sin necesidad de adelantar dinero; solo cobraré si la reclamación tiene éxito.

Cuento con la colaboración de abogados especializados en estos casos, quienes, junto conmigo, diseñarán la mejor estrategia para su reclamación. Si no logramos un acuerdo extrajudicial, le ayudaré a llevar el caso ante los tribunales, donde será necesario contar con el apoyo de un abogado y procurador.

Con mi experiencia en este tipo de reclamaciones y el respaldo de un equipo de expertos, estaré a su lado para diseñar la estrategia procesal más adecuada y obtener los mejores resultados posibles.